¿Sientes con frecuencia curiosidad por las cosas que te rodean? ¿Te has parado a pensar alguna vez en los beneficios que ese acto te aporta? Cuando observamos a un niño no nos resulta extraño ver que disfruta haciendo preguntas, mirando, y tocando los objetos. Sin embargo, crecemos y ¿seguimos en ese empeño de enriquecernos con las nuevas experiencias? ¿Eliminaríamos en un niño esas conductas? ¿Por qué?
Todos estos interrogantes nos llevan a pensar en ese acto tan esencial como es LA CURIOSIDAD. Un instinto natural que aporta experiencias y contribuye a la supervivencia de la especie animal y humana.
Sin embargo, nuestra manera de estar en la vida nos hace poco conscientes de lo que nos rodea. Vivimos como si fuésemos autómatas, o estuviésemos dormidos e hipnotizados, como si simplemente reaccionásemos a los estímulos. Las prisas, los miedos, las experiencias y pensamientos negativos, así como las costumbres hacen que se pierda una de nuestras fortalezas como seres creativos y libres.
Pero, ¿qué es la curiosidad?
La curiosidad es esa motivación interna que nos mantiene activos y que nos recompensa por el hecho de realizar la actividad; es decir por el proceso en sí mismo, más que por el resultado. Se trata de una apertura mental que nos va a permitir formular preguntas, registrar información, procesar contenidos y crear ideas originales, sin elaboración de juicios valorativos, ni hacia nosotros mismos ni hacia los demás. Tener la libertad de pensar por uno mismo y estar centrados en el «aquí y ahora», sin divagar en cuestiones relacionadas con el pasado ni con el futuro.
Todo ello nos reporta una serie de beneficios que culminan en el bienestar emocional y la mejora de nuestra conciencia. Apertura y tolerancia, desarrollo de la creatividad y de emociones positivas.
La persona que es curiosa vive mejor y obtiene mejores resultados en el ámbito del trabajo, los estudios, y las relaciones interpersonales. La curiosidad es el motor que nos mantiene alejados de la rutina y hace que nuestra mente se mantenga joven.
¿Qué puedo hacer para desarrollar la curiosidad?
Para cultivar el deseo de aprender y conocer cosas nuevas, te propongo una serie de EJERCICIOS:
- Observa una situación concreta, con la que nunca te hayas planteado nada, pero sin embargo, convivas a diario. Por ejemplo: una persona a la que ves todos los días en la parada del autobús; un vecino que sale a la vez que tú por las mañanas y, hazte preguntas del tipo: Cómo, Cuándo, Dónde, Qué, Quién y Por qué.
- Coge cualquier fotografía de una revista, un cartel publicitario, un fotograma de una película y crea un entorno. Imagina cómo es el lugar, qué y quienes forman parte de la imagen, que ocurre… Si sigues un camino rutinario para ir a estudiar o trabajar, cambia y ve por otro. Observa ese nuevo entorno: los edificios, árboles, personas…
- Elige un edificio de tu entorno y busca información acerca de él. Disfruta y aprendiendo con el arte.
- Cuando vayas a un restaurante, y te sirvan la comida, piensa en sus ingredientes. Disfruta las sensaciones, juega con los sentidos. Si es un plato que nunca has probado, mejor.
Ser personas curiosas, disfrutar explorando nuevas experiencias y aprender a vivir marcando nuevos retos forma parte del desarrollo personal y del bienestar diario. Estimula tu curiosidad.
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