Es el psiquiatra el profesional que puede recetar la medicación y quien se encarga de ajustar las dosis de las mismas. Es también quien puede y debe dar la información completa acerca de esos fármacos.
En cuanto a la necesidad de tomar o no medicación, hay que entender que no todas las situaciones son iguales y por ello, igual que la atención psicológica es individualizada, en materia de medicación cada caso tiene su peculiaridad. Hay ocasiones en las que la farmacología es necesaria, debido a algún tipo de patología, o a un estado de la persona que dificulta el tratamiento psicológico. La medicación en esos casos constituye el primer paso para luego comenzar la intervención psicológica. Sin embargo, en la mayoría de los casos, no resulta necesaria la prescripción de medicación.
El trabajo del psicólogo se centra fundamentalmente en el foco del malestar y en la búsqueda de solución a los problemas que le impiden tener una adecuada calidad de vida. Lo importante es el trabajo de aprendizaje que hace la persona a la hora de adaptarse a las circunstancias que está viviendo, y con el objetivo de lograr su normalización.
Por todo ello, es importante que la persona a la que se indica una medicación, si siente dudas, se informe y conozca las ventajas y desventajas. De esta manera podrá despejar cualquier tipo de preocupación.
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