Son múltiples las ocasiones de este tipo, muchas las causas que generan las dificultades y diferentes los factores que determinan al gran variedad de respuestas que se podrán dar en éste ámbito.
No podemos olvidar que cuando nos planteamos “expresar a una persona el mensaje que deseamos” estamos hablando de comunicación, un proceso de relación e intercambio entre dos o más personas en el que también se transmiten y reciben deseos, sentimientos, actitudes y emociones.
Aquí
vamos a dar unas nociones que resultan básicas y generales, si bien
luego cada uno ha de ajustarlas a la situación concreta en la que ha de
“contar” ese mensaje que desea transmitir aunque no le resulte fácil
hacerlo.
Pautas generales:
- Primero, hay que tener en cuenta a qué personas nos estamos dirigiendo para así adaptar el lenguaje.
- Elige el lugar y el momento que resulte más adecuado.
- Busca que la otra persona/s se encuentren en condiciones de escucharte ya que de no ser así puede resultar infructuoso.
- Cuida la comunicación no verbal (mirada, gestos, corporalidad…): Mira a la persona a la que te diriges manteniendo el contacto ocular. Orienta tu cuerpo hacia la persona/s con las que hablas. Transmite seguridad a través de tu propia actitud corporal.
- La comunicación no verbal debe ser coherente y ajustarse a la verbal.
- Utiliza un tono de voz normal. Sonríe y muéstrate tranquilo, sin tensión ni ansiedad.
- Trata los temas de uno en uno.
- Expresa con claridad y precisión lo que deseas.
- Expresa tu mensaje desde el Yo con sinceridad, naturalidad, y sin mostrar sumisión ni agresión. Así tus emociones acompañarán al mensaje con la coherencia y la proporción que se ajuste a nuestros sentimientos.
- No olvides que tan importante como saber hablar es saber escuchar.
- Escucha lo que te diga la otra persona y dale señales para que sepa que lo estás haciendo.
- Respeta el turno de palabra sin interrumpir para que se produzca un buen intercambio entre lo que tú dices y lo que la otra persona quiere comentar.
- Piensa que lo que tú dices es importante para ti y es tu deseo transmitirlo. No pienses que lo que tú quieres decir no tiene valor, que es una tontería, o anticipes lo que puede pensar la otra persona.
- Si lo que quieres hacer es una crítica habla acerca de lo que hace la persona y no de lo que es.
- Normalmente no es necesario hablar ni escuchar demasiado.
- Como probablemente seas tú quien deba iniciar la conversación puedes romper el hielo haciendo: una pregunta o comentario que facilite entrar en la situación; una pregunta que te permita saber si es el momento adecuado; un comentario agradable a la otra persona.
Recuerda siempre que el diálogo desde la tranquilidad, afectividad y cariño, te proporcionará la seguridad y la sensación de control que necesitas a la hora de afrontar la comunicación.
Como cualquier otra herramienta y aprendizaje, cuanto más se entrene, mayor seguridad y mejores resultados.
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