Leer el artículo publicado por Carmen Pérez-Lanzac en el diario El País del 3 de enero, “Mi madre está en paro y yo no puedo ayudarle”, nos da idea de cuál es la situación actual que se vive en muchos hogares afectados por la crisis y la necesidad de un cambio en la sociedad a la hora de abarcar este tipo de problemas. El título ya de por sí sugiere uno de los grandes problemas actuales que dificultan el desarrollo normal de muchos de los menores: se sienten responsables del bienestar de sus padres y se ven indefensos a la hora de poder ayudarles.
Como nos comenta el pediatra Jesús García, del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, los niños exteriorizan el problema: “Sufren ansiedad, crisis de angustia, excitación, trastornos emocionales, o de pronto dejan de aceptar los límites, se vuelven más rebeldes... Los adolescentes pueden llegar a menospreciar la vida propia o ajena, tener más inclinación por adicciones o desarrollar sexualidades precoces”, dice. “Perder el soporte de unos padres destrozados provoca inseguridad y temor”.