Es frecuente escuchar entre los usuarios la frase de “en casa me han
dicho, ¿te vas a dejar comer la cabeza por el psicólogo?”, o expresiones
como, “yo no voy al psicólogo a ver si me va a comer el coco”.
Lo que se pretende con esta entrada es tranquilizar a la persona que acude a pedir ayuda terapéutica y se encuentra insegura acerca de la posibilidad de que le manipulen, de que le llenen la cabeza de ideas raras, le vayan a convencer de cosas.